El objetivo prioritario del taller de fallas, al igual que los demás es la formación laboral, aunque sin dejar de lado los aspectos sociales y personales.
El trabajo posee un fin por sí mismo, que conlleva la promoción individual del usuario en un proceso adaptativo continuo, y además del laboral, todo trabajo crea utilidades, no hay trabajo improductivo.
Por tanto, hay una rentabilidad personal y por extensión terapéutica, cuya finalidad última es la integración laboral de la persona con discapacidad intelectual.
El medio para llegar a este fin, es el taller de fallas con su sección de modelado y decoración, independientes, pero a la vez, realizando un trabajo conjunto, tanto entre los monitores encargados y los usuarios.